jueves, 22 de marzo de 2012

Actividad 3: Las Misiones Pedagógicas

Las Misiones Pedagógicas fueron creadas por el Gobierno de la Segunda República el 29 de mayo de 1931. Su principal objetivo era, llevar sobre todo a los pueblos rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos del avance universal “acercar al pueblo el tesoro de la sabiduría nacional” De modo que los pueblos todos de España, participasen en las ventajas y goces que los nobles disfrutaban en la ciudad.
Ésta era una idea que Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío habían propuesto desarrollar a los distintos Gobiernos de la Restauración casi desde la fundación de la Institución Libre de Enseñanza, en 1876. Para transformar España en una república democrática, basada en la soberanía popular, era necesario solucionar la distancia que existía entre las ciudades, que disfrutaban de un mejor acceso a la cultura, y un campesinado sumido en el aislamiento y ajeno a los cambios que se estaban produciendo en el mundo.

Las actividades que se desarrollaban estaban centradas en tres aspectos: el fomento de la cultura, la orientación pedagógica de las escuelas y la educación ciudadana de las poblaciones rurales. Para fomentar la cultura se creó un Servicio de Bibliotecas, y para estimular el gusto por la literatura se realizaban en los pueblos lecturas de romances, poemas y relatos breves. También se crearon secciones itinerantes como: el Teatro y Coro del Pueblo, el Museo del Pueblo, la Sección de Cine, el Retablo de Fantoches y un Servicio de Música que prestaba gramófonos y discos de pizarra.
Para apoyar la cotidiana tarea pedagógica se realizaron visitas a las escuelas rurales, con el fin de conocer sus necesidades, así como para impartir lecciones prácticas, cursos y realizar excursiones educativas que dotaran de mayores recursos teóricos y metodológicos a los maestros.

Por último, la educación ciudadana se reforzaba por medio de reuniones públicas y conferencias en las que se debatían los nuevos principios políticos que dirigían el país: la democracia, el sufragio universal, la estructura del Estado, etc.

A continuación, mostrare algunas de las actividades más representativas que se llevaban a cabo en estas misiones pedagógicas:

Actividad misionera
Las bases de la actividad misionera, nació gracias a la participación de algunos de los miembros del Patronato de Misiones Pedagógicas, quienes organizaron las primeras misiones con la ayuda de algunos estudiantes. Grupos de jóvenes intelectuales, artistas, escritores y, especialmente, inspectores de enseñanza primaria y maestros, compartieron el entusiasmo por aquel tiempo de esperanza bajo la dirección de Manuel B. Cossío. No todos tenían la misma responsabilidad ni participaban en la misma medida. Según las circunstancias se distribuían las personas de acuerdo a su capacidad y según el asunto que se tratase de resolver

Servicio de bibliotecas
En 1931 no había apenas bibliotecas públicas en España y ninguna escuela rural contaba con libros infantiles. La labor del Patronato de las Misiones, en la que participaron María Moliner y Juan Vicens, fue la mayor campaña de lectura que jamás se hizo en España: se repartieron bibliotecas para adultos y niños por pueblos y aldeas a los que no se podía llegar en automóvil y donde no había luz eléctrica.

Museo del pueblo
El Museo del Pueblo de las Misiones Pedagógicas se creó con el fin de que la gente de los pueblos conociera esas obras de arte de España y que las hiciera como suyas, que vieran que eso era un patrimonio común de todos. Por ello, llevaban colecciones itinerantes de pintura de los pintores más famosos de la escuela española, realizadas en su mayoría por Juan Bonafé, Ramón Gaya y Eduardo Vicente. Los cuadros se transportaban en fuertes cajas de madera, o en una camioneta especialmente acondicionada, y se exponían en los pueblos a los que se podía llegar. La colección iba acompañada por dos o tres misioneros a quienes explicaban los cuadros a los campesinos.

Servicio de cine
En 1931, muchos campesinos desconocían la existencia del cine, y el ante tal novedad, se solía reunir a grupos de personas muy numerosos. El Patronato tenía sólo dos aparatos de cine sonoro, y en la mayoría de las visualizaciones se proyectó cine mudo, acompañado normalmente de música de gramófono. Las películas eran de dos tipos: cómicas, de Charlot o dibujos animados, y documentales.

Coro y Teatro del pueblo
El Teatro y el Coro del Pueblo estaba formado por estudiantes, dirigidos por Alejandro Casona y Eduardo Martínez Torner. Llevaban un tabladillo de fácil montaje. Se quería acercar el teatro al pueblo, permitiendo el desarrollo de la obra en medio de las gentes y al aire libre.
El Coro llevaba un repertorio musical integrado por canciones recogidas del folclore tradicional. Además de cantar, los misioneros recitaban romances y, en ocasiones, letrillas de Góngora, así como aportaciones folclóricas de García Lorca. El romance de La loba parda fue emblemático en el recuerdo de muchos misioneros.

Servicio de música
Además de bibliotecas, la misión dejaba en algunos de los pueblos visitados un gramófono y una colección de discos. En las visitas de los misioneros se llevaba un gramófono, y antes de poner los discos se hacía un comentario sobre el compositor y la música que se iba a escuchar: tradicional, de distintas partes de España o de los grandes compositores clásicos
Otras actividades
La dignificación de la profesión de maestro era un punto fundamental en la base de las iniciativas llevadas a cabo por el Patronato de las Misiones Pedagógicas.
El Patronato organizó varios cursos breves para maestros en los que las conferencias eran sustituidas por la conversación y el intercambio de experiencias, con objetivo de reforzar la confianza de los profesionales en su propio esfuerzo e imaginación. Estos cursos se complementaban a menudo con exposiciones de trabajos escolares con propuestas que permitían aprovechar los entornos naturales o artísticos con fines didácticos.

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